viernes, 10 de febrero de 2012

Mi vida, no hay derecho





Yo no podría.

Sé que algunas familias lo hacen (y lo sé porque las conozco). Educan en casa pero permiten que el sistema escolar siga dirigiendo sus vidas.

Hasta cierto punto, puedo entender que las madres estén interesadas en conocer el nivel académico correspondiente a cada curso escolar y, basándose en esos datos, organicen sus educación en familia para no quedar rezagados. Puedo entender que compren, incluso, los mismos libros de texto que tendrían que comprar si escolarizaran. No lo comparto, pero lo puedo llegar a entender.

Lo que no comprendo, de ningún modo, es que permitan que sus vidas sigan estando regidas por el horario escolar. ¿Cuál es la gracia de hacer homeschooling si te sientes obligada a organizar tu vida fuera de casa en función del horario escolar?

Entiendo que no bajes al parque hasta que los demás niños no hayan salido del cole, claro, porque la idea de bajar al parque es que tus hijos puedan jugar con otros niños. Pero ¿qué te impide bajar a comprar el pan con tu hijo a las 10 de la mañana? 

A lo mejor es que yo soy una inconsciente y, en mi inconsciencia, cometo la imprudencia de organizar mi vida como mejor me place, en función de nosotros mismos. Salimos a la calle cuando lo necesitamos, y nos da igual qué estén haciendo los demás niños en ese momento. Por supuesto, no suelen faltar los comentarios de "¿estás enfermo?" o el de "hoy te has librado del cole, eh" (con ese guiño que indica que librarse del cole es algo positivo porque, no nos engañemos, en el fondo todos sabemos que lo es).

Pero veo que eso no es lo habitual. Lo habitual es que las familias tengan miedo y, por si acaso, no salen a la calle en horario protegido. Por lo mismo, algunos matriculan a sus hijos en escuelas a distancia, no por lo que éstas les puedan ofrecer, sino para tener un ancla a la que agarrarse, la de "mi hijo está escolarizado a distancia".

Me pregunto cómo serían las cosas si nos atreviéramos a gozar plenamente de la libertad que nos da  la educación en casa, si el homeschooling en España dejara de ser perseguido.

¿Cómo serían las cosas si no tuviéramos tanto miedo?



4 comentarios:

  1. En Francia está permitido, pero casi es peor, las inspecciones obligan a seguir el programa escolar... así que no sé si en España es peor o mejor...

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  2. No sé si mejor o peor, pero de que hay miedo, lo hay. Y no hay derecho.
    Saludos,
    V.

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  3. Creo que el miedo es una gran tara. Lo entiendo, pero pienso que es muy nocivo y que quien lo sienta debe aspirar a deshacerse de él. Yo no mandé a mis hijos al colegio, viviendo en España, durante tres años de su "escolarización obligatoria". (Ahora seguimos haciendo educación en casa, pero ya no vivimos en España). Al principio me incomodaban las preguntas y los comentarios como los que cuentas, e incluso me entraba un poco de paranoia con los vecinos, por si pudieran denunciarnos o algo por el estilo, pero poco a poco fui sintiendo la libertad de contestar abiertamente a las preguntas y los comentarios, con la seguridad de que lo que hacía era algo no solo bueno, sino loable. Y descubrí que, al tomar esta actitud, rara vez se atrevían a cuestionarme. Íbamos a cafeterías, al mercado, a la biblioteca y donde hiciera falta. Cada vez más gente sabía que mis hijos se educaban en casa y no teníamos que vernos sometidos a tanta pregunta y tanto comentario. Por cierto, qué pena que la mayoría de los adultos solo sepan dirigirse a un niño para preguntarle por el colegio. Saludos

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  4. Es cierto, Gemma, el miedo es una gran tara. Y pienso que escondernos no nos hace ningún favor, porque se teme a lo que se desconoce y, sobre todo, si algún día el Gobierno decide legalizarlo ¿cómo va a ser esa ley sobre algo que no conocen en absoluto? ¡Esto sí que me da miedo y no mis vecinos!
    Saludos,
    V.

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